25/10/12

CASSANDRA


Cassandra entra radiante. Deja el bolso y se sienta en el sofá, colorada, bajo los efectos del vino de la cena. De repente… 
Un shock, un fogonazo, “otra vez no, no puede ser”, piensa. Se estremece, un escalofrío recorre la superficie de su piel... La vista se le nubla observando la pared blanca y los cuadros colgados que pintó cuando era niña. Entonces, soñaba encontrar un hombre que la quisiera tal como era, casarse y formar una familia. Luego supo que ese sueño no era igual a los otros que ha tenido desde los quince años… 
…soñó el accidente de su hermano. Cassandra le imploró, le rogó que se quedara. Él la intentó tranquilizar, ella sabía que si salía por esa puerta ya no lo volvería a ver. De madrugada, Cassandra escuchó desde su habitación el sonido del teléfono y los pasos de su madre yendo a la sala a descolgar el auricular. No necesitó oír
No tiene sueño, mira las flores mustias del jarrón, piensa encender la tele aún con los ojos rojos de tanto llorar en silencio. Informó sin que nadie le escuchara…el divorcio de sus padres, la lesión del hijo del vecino y el incendio en el piso de la esquina, el gran apagón, el agujero que se formó por las obras del metro en Barcelona o bombas explotando en Madrid… Imágenes parecidas le vienen a menudo antes de acostarse.
No ha sonreído hasta hoy, cuando su novio, en el restaurante, le ha ofrecido un anillo de compromiso. Ha aceptado pensando que al fin podrá concretar el sueño que tenía desde que era niña. Cassandra se levanta y se dirige a su habitación, lentamente. Sabe que será duro vivir la felicidad de su sueño, el único que ha deseado. Será muy duro vivirlo durante unos meses antes de quedarse viuda. 

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2 comentarios:

  1. Hola, llegué hasta aquí a través de tweeter, leí la entrada y me gustó, voy a tomarme un tiempo para conocer mejor tu blog.
    Te dejo un abrazo.
    HD

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  2. Gracias Humberto, estamos aquí para lo que necesites. ¡Un abrazo!

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