Viendo el montón de exámenes de Segundo de ESO garabateados encima
de su sencilla mesa, Francisco agarra un bolígrafo BIC rojo de un cajón, y se
pone a corregir. Comprueba, a los pocos segundos, lo mal que esta la educación
en este país. Alumnos que no escriben bien ni su nombre ni la fecha, que ponen
y quitan haches como por azar, acentos abiertos en castellano, confusión entre
la G i la J, participios acabados en AO y Madrid escrito con Z final. Observa,
triste, deprimido, la cartera de piel marrón, típica de los maestros, que
reposa en la silla de madera. Sin duda, será la última vez que Francisco robe
la cartera a un profesor en el andén de la estación del metro.
Molt bo! Vols un micro sobre la merda d'educacio? Aqui el tens: ley Wert.
ResponderEliminarCompletament d'acord! Gràcies per la lectura, una abraçada!
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